Poder elegir o participar en la navegación de mi país me parece indispensable si quiero ser ciudadano del mismo. Por lo tanto usar mi derecho al voto lo tengo claro. No utilizar un derecho que otros te han regalado también es una opción.
Al margen de algunas cuestiones difundidas con el video enlazado más abajo, para mí el problema está en el descontento no materializado o en la falta de movilización de la abstención. El desinterés es la verdadera trampa, pero es una trampa que se imponen los mismos que se dejan caer en ella, no recurramos a los eslóganes baratos de que son otros los que desmotivan. Espero que me disculpen la comparativa pero si no me interesa el arte no creo que sea responsabilidad de los propios artistas.
Encuentro un debate central en la posible reforma de la ley electoral de nuestro país. Es cierto que si una persona activa políticamente no encuentra representantes suficientemente adecuados a sus criterios tiene caminos para proponer su opción legítimamente, trabajárselo y formar parte del arco parlamentario. Pero ¿por qué no sucede esto desde las personas que se abstienen? O se dejan llevar por cierto pesimismo pragmático (esa pregunta tan presente del ¿para qué?) o se han desligado de cualquier iniciativa que modifique el entorno de todos y de uno.
Creo importante que la abstención tenga representación, porque sólo de esa manera se evitarían ciertas costumbres desarrolladas e implantadas ya como tradición en las organizaciones políticas que reúnen más votos. La pregunta es ¿cómo? Imaginemos que la proporción de la abstención se tradujese en potencial número de votos, correspondiendo a un asiento vacío del Congreso, Senado, Parlamento Regional o Ayuntamiento. La imagen enviada a los grandes partidos sería de impresión y causa suficiente para una reflexión profunda, pero por otro lado haría ingobernable el país. ¿Qué opináis?
Voto nulo
Hace 1 año